lunes, 8 de noviembre de 2010

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El cielo y la resurrección. Propio 27 (32) Año C

Título: En el cielo por siempre

Tema: El cielo y la resurrección. Propio 27 (32) Año C

Objeto: Un libro de chistes y adivinanzas

Escritura: "...ni tampoco podrán morir, pues serán como los ángeles. Son hijos de Dios porque toman parte en la resurrección" (Lucas 20:36 - NVI).

Sabes lo que es una adivinanza, ¿verdad? Es un acertijo de palabras, una pregunta que te hace pensar. En ocaciones son divertidos. Estoy seguro de que probablemente hayas escuchado este. "¿Porqué el pollito cruzó la carretera?" La contestación es: "Para llegar al otro lado." He aquí algunas de mis adivinanzas preferidas.


Las adivinanzas han existido desde el tiempo de Jesús. Quizás desde antes. Un día se le acercó a Jesús un grupo de saduceos, líderes religiosos que no creían en la resurrección. Ellos estaban tratando de hacer que Jesús estuviera de acuerdo en que no existía la resurrección. Le pidieron que contestara la siguiente adivinanza diciendo: "Maestro, Moisés nos enseñó en sus escritos que si un hombre muere y deja a la viuda sin hijos, el hermano de ese hombre tiene que casarse con la viuda para que su hermano tenga descendencia. Pues bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin dejar hijos. Entonces el segundo y el tercero se casaron con ella, y así sucesivamente murieron los siete sin dejar hijos. Por último, murió también la mujer. Ahora bien, en la resurrección, ¿de cuál será esposa esta mujer, ya que los siete estuvieron casados con ella?

Esa sí que es una adivinanza difícil, ¿verdad? Escuchen la contestación de Jesús: "El matrimonio es para las personas aquí en la tierra. Pero cuando llegue el momento, aquellos que resuciten no estarán casados ni se casarán, ni tampoco podrán morir, pues serán como los ángeles. Vivirán por siempre porque son hijos de Dios."

Jesús añadió: "Moisés mismo nos da a entender que los muertos resucitan, pues llama al Señor "el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob" . Él no es Dios de muertos, sino de vivos.

Después que Jesús sabiamente contestó su adivinanza, nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Tú y yo sabemos que Jesús nos prometió que si le amamos y confiamos en Él viviremos para siempre con Él en el cielo. ¿No es triste ver que hay personas que no creen que existe la resurrección y hay vida eterna en el cielo?

Amado Padre, estamos felices hoy porque nos has prometido una vida eterna en el cielo. In el nombre de Jesús oramos, amén.